Leyendo a Latinoamérica: libros escritos por mujeres

Me gustaría decir que he leído mucho de Latinoamérica, pero eso sería completamente falso. Una de las primeras cosas con las que tuve que hacer las paces cuando entré a mi doctorado en Estudios Hispánicos fue con mi poca interacción con la literatura latinoamericana. Estos últimos años han estado llenos de encuentros con los mundos escritos en ella y de aprendizajes que me han permitido entender mejor la historia y el presente de la geografía que reconozco como mía. De cierta forma, me ha permitido entenderme mejor también. 

Hoy quiero ocupar estas líneas para presentarles cinco libros escritos por mujeres latinoamericanas a los que siempre vuelvo. De diversas nacionalidades, de diferentes momentos de la contemporaneidad y por diferentes razones, estas autoras se han vuelto puntos de referencia para mis procesos personales y literarios. Aquí va la lista:

  1. Cuentos completos, Marvel Moreno (Barranquilla, Colombia) 

 Empiezo por Marvel Moreno porque su lectura ha sido indispensable en mi proceso de negociar mi identidad barranquillera. Me encontré con En diciembre llegaban las brisas mientras estudiaba en Puerto Rico y ni siquiera puedo recordar cómo di con ella; sin embargo, adentrarme en sus textos me ha permitido relacionarme con mi ciudad natal y las cargas culturales que me ha impuesto. Sobre todo, me ha ayudado a renegociar lo que significa ser mujer para mí y cómo criarme en Barranquilla aportó a esa construcción. 

Si quieres adentrarte al universo de Moreno, te recomiendo que empieces con sus cuentos. 

Leyendo a Latinoamérica: libros escritos por mujeres
Libros escritos por autoras Latinoamericanas
  1. El hostigante verano de los dioses, Fanny Buitrago (Colombia)

Siguiendo con el universo del Caribe colombiano, traigo esta novela de Buitrago sencillamente porque estoy en busca de alguien que quiera discutirla conmigo. La he leído solo una vez, pero es de esos textos a los que me he prometido volver pronto, pues se me hizo un poco difícil de leer en su momento. En realidad, la trama es bastante llevadera, pero la forma compuesta por cuatro voces femeninas que mezclan el género epistolar, el monólogo, el diálogo, la segunda persona y el narrador omnisciente para darle vida a este mundo literario. Como lo señala la descripción del libro: “Cada escritura teje la trama, para que la otra la desteja, o cambie los hilos narrativos hacia una nueva dirección y poco a poco el lector se ve obligado a armar el entramado de la historia” 

  1. El verbo J, Claudia Hernández (El Salvador)

Soy fanática de Claudia Hernández y no puedo esperar a leer más cosas de ella. El verbo J fue un texto asignado para una clase que tomé hace un año y quedé fascinada por la forma tan creativa de incorporar múltiples experiencias, voces y temas en una novela. Hernández recurre a los pronombres para narrar sus capítulos, así el primer capítulo correspondiente al “yo” es narrado en primera persona y el siguiente trabaja desde el “tú”. Además, trabaja una diversidad de temas como lo son la migración a Estados Unidos, el trasvestismo, la familia, entre otros. Es un relato desgarrador que nos permite pensar en temas actuales y que encapsula múltiples testimonios de cuerpos migrantes, cuerpos otros y cuerpos que se conjugan bajo otras experiencias. 

Fantasmas, Rima Brusi
Fantasmas
  1. Fantasmas, Rima Brusi (Puerto Rico) 

Con Fantasmas lloré. Fue de esos libros que te estremecen y que, una vez terminan, te dejan la sensación de necesitar más de ellos. Lloré cuando llegué a la última página, pues cada palabra, cada crónica era una invitación a la intimidad de la autora y, al mismo tiempo, una construcción que desbordaba emociones. Brusi escribe sobre una serie de temáticas en las que expone su relación con la escritura, habla sobre su forma de entender la maternidad, entre varias cosas más. Al ser crónicas y manejar un lenguaje cotidiano, esta es una lectura sencilla que te permite empatizar con la voz que narra y adentrarte en sus historias. Altamente recomendado si quieres devorar una lectura que te invite a sentir y pensar.

  1. Temporada de huracanes, Fernanda Melchor (México)

Esta novela tiene una complejidad que, en un primer momento, me asustó. Melchor recurre a los capítulos de un párrafo al estilo del Otoño del Patriarca de García Márquez para contar el asesinato de “La bruja” de un pueblo ficticio. Cada capítulo nos adentra en la perspectiva de personas envueltas en la muerte de este cuerpo extraño, que está al margen de una sociedad marcada por una violencia sistemática en la que la muerte pareciera la única forma de romper con ese ciclo. Una vez te adentras a la historia y conoces a los personajes, es imposible parar. Tanto “La bruja” como Luismi son personajes que se encuentran al límite y al margen, que exigen una lectura cuidadosa y cercana. Desde el machismo de la cultura mexicana (y latinoamericana, me atrevo a decir) hasta sistemas de violencia y muerte están presentes en esta obra que propone una ficción que expone experiencias cotidianas que van más allá del libro. 

Me falta nombrar una larga lista de mujeres que no solo me han inspirado a seguir escribiendo y leyendo, sino que también me han propuesto otras formas de ver el mundo, de comprender mi historia y mi presente, de empatizar con otras realidades. Sé que me faltan muchas más lecturas, así que cuéntame, ¿a quién me recomiendas tú?