Pila de textos que no son novelas

Una de las cosas con las que lucho cuando estoy decidiendo qué leer es no terminar siempre con una novela en la mano. La narrativa es sin duda mi género de preferencia y estoy tan acostumbrada a él que a veces se me olvida que hay otras cosas fuera de él. Por eso he querido desempolvar mis pila de textos de otros géneros y contarles un poco sobre lo que me fascina de esos otros géneros que suelen quedar hechos a un lado. 

Drama

En mis años de bachillerato en Literatura Comparada tomé una clase de Drama Comparado con la profesora Beatriz Llenín que me cambió la forma en la que veía la literatura. Tristemente, en la academia hay un mayor interés por la narración que por otros géneros. La poesía y el drama suelen quedar relegados a estudios secundarios. Con drama me refiero a la parte escrita de una obra de teatro. Me gusta leerlos porque ponen en relación el texto literario con el cuerpo. Leer drama es no solo imaginar la acción, cómo cobran vida los personajes en tu mente, sino que también exige un uso del cuerpo, pensar y hacer una configuración del cuerpo y de la materia. Además, se ponen en escena una serie de elementos que exigen que el uso del lenguaje gire en torno a esa corporalidad. Por ejemplo, las acotaciones describen de una forma diferente a cómo lo hace la narración, pues supone la existencia de un escenario en el que el lector se convierte en público y puede ver lo que se describe. Ya la descripción no necesita recurrir exclusivamente a la imaginación para ser viable. Algunos de mis dramas favoritos son:

  • Los soles truncos, René Marqués
  • Electra Garrigó, Virgilio Piñera
  • Casa de muñecas, Henrik Ibsen
  • La memoria de los elefantes, Kisha Tikina Burgos
  • Antígonas, Sófocles
textos dramáticos
Obras dramáticas

Ensayos

Los ensayos suelen ser vistos como textos aburridos y demasiado serios. Suelen estar asociados a la academia y estar caracterizados por un cierto nivel de objetividad. Sin embargo, el mundo del ensayo es tan amplio y diverso que me atrevo a decir con bastante confianza que hay un ensayo escrito para todo el mundo. Creo que mi fascinación por el ensayo está asociado con mi amor por la teoría literaria/cultural, pues en ambos casos encontramos con usos del lenguaje que apalabran pensamientos/sentimientos/ideas que se nos han cruzado por la mente, pero que no sabemos cómo expresar. De cierta forma es saber que hay gente en otros tiempos y/o espacios que piensan como tú, que comparten tus visiones del mundo, creo que el ensayo me ha ayudado a hacer más sentido de este mundo y a sentirme menos sola. Además, como toda obra literaria, pero de forma más explícita, te permite conocer otras formas de leer, escribir, ser y estar en el mundo. Esto es importante, pues te confronta con diferentes realidades, otras formas de pensamientos y diversas propuestas que te ayudan a expandir tus horizontes y abrir tu mente. Algunos de los ensayos a los que sigo volviendo una y otra vez son:

  • La risa de la medusa y otros ensayos, Hélène Cixous
  • “Tesis sobre el concepto de historia”, Walter Benjamin
  • Vigilar y castigar, Foucault
  • “The Uncanny”, Freud (y la respuesta de Cixous – “Fiction and Its Phantoms: A Reading of Freud’s Das Unheimliche (The ‘Uncanny’)”)
  • The Cultural Politics of Emotion, Sara Ahamed
Ensayos

Textos “raritos”

Aunque me hace falta mencionar otros tipos de textos que no son novela como la crónica, la poesía, entre otros, quiero terminar con el gesto antiaristotélico (esto de los géneros y las clasificaciones es muy aristotélico de nuestra parte, muchas gracias Antigüedad) de hablar de textos que parecen ser de un género, pero que entre más lees, más descubres que fluyen entre diversos géneros. Lo genial de estas obras es que sus autores tienen la habilidad y el conocimiento para jugar con las estructuras tradicionales, pero renovándolas para crear algo completamente diferente, rarito, genial. Por aquí algunos de ellos. 

Nombro dos clásicos que, en su momento, no eran clásicos, pero lograron renovar de cierta forma la literatura de su tiempo. Incluso, existe un debate de cuál de estos dos fue la primera novela:

  • La celestina, Fernando de Rojas
  • El Quijote, Cervantes
textos raritos
Tomos I & II

Incluyo La Celestina porque, a pesar de ser una obra de teatro, tiene varias características de lo que se convertirá en la novela décadas más tarde. La forma en que se desarrollan los personajes junto con la dinámica social tiene matices más novelescos que dramáticos. Además, la historia es simplemente genial. Para mi gran sorpresa, este es uno de mis libros favoritos. El Quijote es para mí la primera novela moderna. Puede que esa opinión esté altamente influenciada por mi profesor de Evolución de la novela, Christopher Powers, pero la verdad es que en su momento Cervantes renovó la forma de hacer literatura. Puede ser que ahora lo asociemos con una lectura aburrida y ya esté demasiada marcada por el estancamiento del que son víctima muchos clásicos; sin embargo, las aventuras del Quijote renovaron el panorama literario del momento.

Entre El Quijote y los siguientes textos han pasado siglos y hay bastante tela por cortar, pero tenemos el futuro para hablar sobre ellos. Incluyo estos dos porque son dos autoras que descubrí recientemente y de las que pareciera que no puedo leer lo suficiente. Estos libros son:

  • El invencible verano de Liliana, Cristiana Rivera Garza
  • Antígona González, Sara Uribe
Literatura mexicana contemporánea

Ambos textos son trabajos del dolor. Ambos responden a contextos de necropolítica en los que, como señala Rivera Garza en otro de sus trabajos Los muertos indóciles, es necesario encontrar nuevas formas de escritura para hablar de la muerte, el dolor y la precariedad en la que se encuentran los cuerpos. Sin embargo, ambas escritoras mexicanas se acercan al dolor de diferentes formas. 

El texto de Rivera Garza es una forma de hacer duelo, pues se trata de la muerte de su hermana, Liliana Rivera Garza a manos de su ex novio. Puedes leer más al respecto de este libro en Tinta Color Lavanda. Lo que quiero resaltar es la forma en que Cristina Rivera Garza parte del “yo” y cómo está emprendiendo la búsqueda de justicia por su hermana para seguir con una recopilación de archivo y testimonio en el que narra a su hermana y la injusticia que le quitó la vida. Desde elementos del diario personal pasando por el testimonio y el análisis literario, El invencible verano de Liliana nos regala un relato desgarrador que nos recuerda la necesidad de encontrar otras formas de hacer duelo. 

En el caso de Antígona González, encontramos la pregunta de cómo hacer duelo cuando no hay cuerpo que llorar. Es un texto que mezcla elementos poéticos con elementos dramáticos y recopila la tradición de la figura de Antígona para ponerla en diálogo con entradas de blogs de personas que buscan a sus familiares desaparecidos. Todos estos elementos se combinan de forma magistral para darle vida a un texto que nos desgarra, que nos hace cuestionar la violencia sistemática en la que nos encontramos y que nos invita a pensar en formas de combatir ese sistema. 

¿Qué géneros nos hicieron falta? Cuéntanos cuál es tu género favorito.